La Deserción Escolar en la Primera Etapa de Educación Básica.

A lo largo de los últimos años ha venido aumentando el absentismo escolar, sin detenernos un momento a pensar en el origen del mismo. Este tema no es nuevo, pero cada día se acentúa más, podemos pensar que existen muchas causas: características del docente, entorno familiar, pérdida de valores en la sociedad entre otros. Es importante hacer notar que la deserción afecta principalmente al niño, quien a su vez es el menos culpable  y al  que a largo plazo se le trunca su futuro.

           

El docente es un factor importante en la deserción, muchas veces no puede atender de modo individual a cada uno de sus alumnos sea por tener demasiados, por lo exigente de la planificación, por que tiene dos trabajos y en ambos se mantiene agotado, o simplemente, por que cree que lo esta haciendo de modo perfecto. Por consiguiente, el niño no se siente que forma parte del ambiente escolar, no se integra al mismo, no ve por parte de su maestro preocupación hacia sus necesidades y requerimientos y comienza por faltar a clase, quedarse sin entrar o simplemente dejar de asistir.

           

La familia es fundamental en el desarrollo y comportamiento del niño, si el hogar se caracteriza por un grupo de individuos desunidos, pocos comunicativos, carentes de valores que no se preocupan por mantener una relación adecuada con los menores, probablemente no toman interés en la educación de los mismos, ni mantengan la relación idónea con la escuela.

           

El aspecto económico juega un papel importante en cada hogar especialmente en nuestras comunidades de escasos recursos, de allí, que muchos de los niños que desertan se ven en la necesidad de producir una entrada económica que mejore en parte la calidad de vida dentro de sus hogares, los padres aprueban la situación por la necesidad primaria de obtener alimentos que nutran al núcleo familiar.

           

Existen casos donde la condición del  niño es de índole especial, aquí arrojamos conductas tales como: hiperactividad, falta de atención, retardo leve, problemas visuales y auditivos entre otros, los cuales al no ser detectados por el docente y enviados a escuelas especiales para su superación, evitan que el niño avance al ritmo del resto de sus compañeros, y con el tiempo la decepción y frustración conllevan a la deserción escolar.

¿Cuál es nuestro papel como docente?, En primer lugar romper esa falsa creencia de que somos sabios y omnipotentes, debemos ser más observadores del entorno y de nuestros niños;  somos además de maestros la figura que les modela un patrón a seguir, debemos brindarles un ambiente pleno, divertido y seguro donde él sienta la confianza de abrirse para aprender y no piense o acepte de otros la posibilidad de dejar su escuela. Todos debemos ser más amables, cariñosos y cumplir una labor social que ayude a rescatar los valores perdidos de nuestra sociedad involucrando la familia y la comunidad circundante en este proceso de enseñanza y aprendizaje. Dando ese ambiente ideal, llenando carencias y sembrando conciencias seria casi imposible que un niño de tan corta edad abandone sus estudios para convertirse en uno más de la estadística de deserción. 

Por: Christian A. Alviárez L.