Los Ordenes del Amor en el aula

En la actualidad, es común escuchar a los padres de familia quejarse porque sienten que los maestros de sus hijos no tienen autoridad.

La nueva generación de estudiantes, no es igual al de décadas atrás, ya que nos encontramos alumnos que son retadores, que se niegan a seguir instrucciones, que les gusta molestar a otros compañeros de manera verbal y en algunos casos de manera física.

Esto preocupa a muchos docentes que no hayan como controlar este tipo de conductas que alteran el orden y la paz dentro del aula.

Para ello la Pedagogía Sistémica, nos brinda la posibilidad de utilizar los Órdenes del Amor, basados en el enfoque de Bert Hellinger.

1er. orden: Orden, Jerarquía y Pertenencia.

Lo primero que se debe hacer es que el estudiante reconozca la jerarquía de sus padres y luego la jerarquía de los maestros (cada uno en su lugar). El docente no es igual al padre, pero tampoco es igual a estudiante. Los padres le dieron la vida, por eso están primero.

Cuando nos topamos con estudiantes que cuestionan a los docentes, esto es un caso notorio donde el niño no respeta la jerarquía, debido a que se siente que está al mismo nivel de su maestro. esto ocurre cuando como maestros no nos damos nuestro lugar, debido a que nuestra actitud le demuestra que somos amigos en vez de maestro-alumnos. Es importante tener empatía con los jóvenes, sin perder nuestro lugar. Nosotros no somos su amigo, para ello están sus compañeros, nosotros somos la persona adulta, cercana,docente y que le pone límites.

2do. orden: Equilibrio entre Dar y Tomar.

Como seres humanos decimos yo doy para recibir; pero como docentes damos y el estudiante recibe, y es nuestro deber estar atentos de que sea así. Debemos de estar pendiente que el conocimiento sea adquiridos por todos, que no se quede ningún estudiante sin aprender, ya que de hacer lo contrario lo excluimos del sistema, y la función de un docente es integrar. Como hagamos que los estudiantes adquieran las destrezas y herramientas necesarias para el grado, dependerá de nuestra creatividad, ingenio y experticia en nuestro desempeño como docente.

3er. orden: Consciencia.

Cuando cada una de las partes del sistema (padres, escuela, docentes y alumnos), tomen consciencia del orden y jerarquía que ocupan; del equilibrio entre el dar y el tomar el aprendizaje, el desenvolvimiento de los estudiantes será gratificante.

En conclusión, cuando los estudiantes no miren la autoridad, los docentes debemos recurrir a hacer que miren a sus padres, para que desde su lugar puedan darle el orden a sus profesores. Es importante que los padres de familia tengan en su corazón a los profesores y eso se puede lograr si las escuelas trabajan desde el primer momento con ellos, donde puedan apreciar que trabajamos del mismo lado y que hay objetivos comunes, que son la educación y el bienestar de su hijo, nuestro estudiante.